La canción "Con quién se queda el perro?" de Jesse y Joy es una obra que encarna la complejidad emocional de las rupturas amorosas. Formando parte del álbum del mismo nombre, este tema se sitúa dentro del género pop y fue lanzado en mayo de 2013. La composición demuestra el talento del dúo mexicano, conocido por su habilidad para retratar vivencias cotidianas con lirismo y sensibilidad.
En cuanto al análisis de la letra, desde los primeros versos queda claro que la canción aborda el dolor y la resignación que provoca una separación. La metáfora del sofá y de la cama, aunque aparentemente banales, evocan un sentido de nostalgia de tiempos compartidos. El hogar se presenta como un espacio cargado de recuerdos y emociones, donde lo físico se entrelaza con sentimientos profundos. La frase "Lo hecho, hecho está" sugiere una aceptación del daño causado en la relación; no hay vuelta atrás. A lo largo de la letra se percibe un contraste entre el orgullo y la tristeza; se expresa una lucha interna entre mostrar debilidad o mantener las apariencias frente al desamor.
El estribillo resuena como un eco incesante del dilema que enfrenta la pareja: si ambos deciden marcharse, quedan preguntas sin respuesta sobre quién se quedará con lo más valioso en medio del caos emocional—el perro simboliza tanto pertenencias materiales como afectos emocionales arraigados a su vida juntos. Este dilema pone al descubierto la ironía latente en muchas relaciones humanas: cómo lidiar no solo con los objetos compartidos sino también con el apego emocional que resulta difícil separar.
A través del verso "Si quieres llévate el Picasso, que al cabo es una imitación", se da cuenta no solo de un objeto material sino también de una crítica sutil hacia lo superficial en algunas relaciones amorosas. Aquí se observa un tono humorístico que contrasta con el peso emocional general de la pieza; esta dualidad hace que los oyentes puedan identificarse a niveles diferentes con el contenido lírico.
Datos curiosos sobre esta canción revelan cómo Jesse y Joy han sabido conectar con sus audiencias a través de letras auténticas y melodías pegajosas. La elección del título juega eficazmente con una pregunta retórica que invita a reflexionar sobre la dinámica en las separaciones sentimentales; sus conciertos suelen resonar con estas letras emotivas, convirtiendo esta canción en uno de sus temas más emblemáticos.
"Con quién se queda el perro?" no solo enfrenta las tristezas asociadas al final de una relación amorosa sino que también destila una realidad común: las separaciones son difíciles porque involucran mucho más que simples objetos físicos—implican emociones profundas e historias compartidas. De este modo, Jesse y Joy logran hablar al corazón del oyente mientras ofrecen un espacio para reflexionar sobre esos momentos complejos disfrazados a veces bajo capas sociales y emocionales complicadas.
La representación musical complementa perfectamente estos sentimientos a través de arreglos melódicos bien diseñados que intensifican cada emoción trascendida en los versos. En esencia, esta canción aborda temas universales como el amor perdido y las decisiones complejas durante las rupturas, manteniendo relevancia dentro del panorama musical actual gracias a su perspicaz ejecución lírica e instrumental.