La canción "Saliva" de La Prohibida presenta una mezcla interesante de emociones y experiencias a través de su letra, que combina referencias personales con metáforas que evocan sentimientos universales. La artista, conocida por su estilo provocador y su capacidad para abordar temas como el amor y la desilusión desde una perspectiva única, captura en esta canción los altibajos de las relaciones interpersonales.
Desde el inicio, La Prohibida establece un tono introspectivo al reflexionar sobre la dificultad de creer y desconfiar. Esta dualidad está presente a lo largo del tema, donde la protagonista se siente atrapada en un ciclo de espera y anhelo. Frases como "esperando una señal" sugieren una búsqueda constante de validación o señales externas que confirmen sus emociones. Este fenómeno es conocido por muchos en las relaciones modernas: esa necesidad de saber si el otro siente lo mismo o si existe alguna forma de confirmación emocional.
Uno de los versos más destacados hace referencia a Dios, insinuando que incluso entidades superiores pueden no ser capaces o no querer pronunciarse sobre los vaivenes del amor humano. La línea "Pero no nos lo quiere decir / Para ahorrarse saliva" ilustra perfectamente esta ironía; mientras la angustia romántica nos consume con preguntas sin respuesta, incluso la divinidad parece optar por el silencio. Aquí se manifiesta un profundo sentido de frustración ante la falta de claridad en las relaciones.
Además, es relevante el uso del simbolismo en la letra. El cigarrillo se convierte en un recurso para anestesiar el dolor del amor perdido, donde "el humo me suena a su voz". Este tipo de imágenes refuerza cómo los hábitos suelen desarrollarse como respuestas ante emociones intensas. Existen momentos en los que se busca sumergirse en diversas adicciones para evitar confrontar sentimientos profundos; “peco de adicción / Por continuar fumandote” muestra claramente esa lucha interna entre salir adelante y aferrarse a aquello que causa dolor pero también brinda placer momentáneo.
A medida que avanza la canción, La Prohibida juega con conceptos románticos clásicos al mencionar figuras como Inés y Don Juan o Romeo y Julieta. Esta intertextualidad aporta profundidad al tema central tratando las expectativas irracionales del amor. Hay un juego claro entre idealización y realidad: aunque hay promesas y bella poesía implementada en sus ideales románticos, también se enfrenta a ella misma reconociendo el engaño que pueden significar.
El cierre revela una resignación melancólica cuando menciona que “ya estoy desenganchándome”, sugiriendo aceptar la situación tal cual es, aun reconociendo que aún hay cosas sin resolver hasta "que Dios decida". Esto refleja un cambio hacia la autoaceptación, aunque no exento de incertidumbre sobre lo venidero.
En cuanto a datos curiosos sobre La Prohibida y "Saliva", cabe señalar que la cantante es reconocida por desafiar normas sociales tanto en su música como en su imagen pública. Su identidad artística ha sido pionera dentro del ámbito diverso español, promoviendo mensajes inclusivos y empoderadores. Las letras llenas de ironías e imágenes poéticas le han valido elogios entre críticos y seguidores del género pop alternativo.
"Saliva," por tanto, transita entre realidades emocionales complejas e imágenes evocadoras; logra captar ese espíritu errante propio del amor moderno mientras invita al oyente a cuestionar sus propias experiencias afectivas dentro del contexto contemporáneo. La habilidad lírica destacada por La Prohibida resuena poderosamente con aquellos atrapados entre el deseo ardiente y el absoluto silencio emocional.