Dice la canción

Contigo (Joaquín Sabina) de Niña Pastori

album

Caprichos De Mujer

26 de junio de 2012

Significado de Contigo (Joaquín Sabina)

collapse icon

La canción "Contigo", interpretada por Niña Pastori y compuesta originalmente por Joaquín Sabina, es un hermoso reflejo de los dilemas y las complejidades del amor. Pertenece al álbum "Caprichos de Mujer" y se sitúa dentro del género flamenco, aunque está influenciada por la poesía y la narrativa de Sabina, lo que le añade una profundidad especial.

Desde el inicio, la letra se presenta como un manifiesto contra el amor convencional. El narrador expresa una clara aversión a las ataduras emocionales y a los compromisos típicos que suelen asociarse con relaciones estables y civilizadas. Frases como "Yo no quiero un amor civilizado" o "no quiero columpio en el jardín" resuenan con una fuerte voluntad de romper con las expectativas normativas acerca del amor. Esta postura desafiante contrasta irónicamente con su deseo central: querer que su pareja "muera por mí". Este deseo refleja una pasión visceral, donde lo intenso parece tener más valor que lo práctico.

La letra exhibe una profunda tristeza y melancolía, encapsulando la idea de un amor destructivo pero apasionado. Los versos "Y morirme contigo si te matas / y matarme contigo si te mueres / porque el amor cuando no muere mata" hacen eco de una relación compulsiva en la que el dolor parece inevitable e intrínseco al acto de amar. A través de esta línea se puede notar cómo el autor juega con la dualidad del amor: uno que es tan intenso que podría llevar a la destrucción. La ironía aquí radica en encontrar belleza incluso en esa violencia emocional; hay un reconocimiento de que aquellos amores intensos, aunque duros, son incuestionablemente vividos.

El uso del lenguaje es igualmente significativo. Sabina siempre ha sido conocido por su habilidad para capturar emotivamente realidades cotidianas a través de imágenes vívidas y sorprendentes. En esta canción se incluyen referencias cotidianas (como no querer comprar en el mercado o dar cariño en eventos comerciales) que refuerzan esta idea de rechazo hacia lo rutinario y predecible en las relaciones personales. Este contraste potencia aún más su anhelo por un tipo diferente de conexión humana, algo esencialmente menos convencional.

Por otro lado, hay momentos donde se asoma cierta vulnerabilidad escondida detrás del rencor o resistencia aplicada. La repetición continua de “yo no quiero” va asemejando a un lamento profundo; es casi como un intento desesperado para autoafirmarse ante desilusiones pasadas. Al final, este grito desgarrador encuentra su punto culminante cuando esas emociones contradictorias se fusionan: el deseo ardiente frente al miedo al dolor.

Un dato curioso sobre esta pieza musical es que fue grabada por Niña Pastori en 2012 como parte de su trabajo sobre versiones y homenajes a compositores españoles contemporáneos. Aunque Joaquín Sabina es conocido principalmente por sus letras poéticas llenas de ironía e ingenio sarcástico, la interpretación flamenca aporta otra capa emocional a la obra, sirviendo como puente entre distintos estilos musicales e invitando a nuevas audiencias a explorar las obras originales.

Esta canción reafirma cómo los temas universales del amor —sus alegrías y sufrimientos— pueden abordarse desde diferentes ángulos artísticos sin perder sus raíces significativas ni provocar emociones potentes dentro del oyente. La fusión entre la voz sentida de Niña Pastori y la intrincación lírica de Joaquín Sabina crea una experiencia única donde cada verso podría resonar tanto con quienes anhelan intensamente como aquellos que temen los precios emocionalmente altos del amar verdaderamente.

Interpretación del significado de la letra realizada con IA.

Yo no quiero un amor civilizado,
con recibos y escena del sofá;
yo no quiero que viajes al pasado
y vuelvas del mercado
con ganas de llorar.

Yo no quiero vecínas con pucheros;
yo no quiero sembrar ni compartir;
yo no quiero catorce de febrero
ni cumpleaños feliz.

Yo no quiero cargar con tus maletas;
yo no quiero que elijas mi champú;
yo no quiero mudarme de planeta,
cortarme la coleta,
brindar a tu salud.

Yo no quiero domingos por la tarde;
yo no quiero columpio en el jardin;
lo que yo quiero, corazón cobarde,
es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.

Yo no quiero juntar para mañana,
no me pidas llegar a fin de mes;
yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana
sin ganas de comer.

Yo no quiero calor de invernadero;
yo no quiero besar tu cicatriz;
yo no quiero París con aguacero
ni Venecia sin tí.

No me esperes a las doce en el juzgado;
no me digas “volvamos a empezar”;
yo no quiero ni libre ni ocupado,
ni carne ni pecado,
ni orgullo ni piedad.

Yo no quiero saber por qué lo hiciste;
yo no quiero contigo ni sin ti;
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.

0

0